Para mí, septiembre siempre ha sido un mes de reset, incluso más que Año Nuevo.
Los días estivales de descanso van quedando atrás, empezamos a notar que los días son progresivamente más cortos y el aire, mucho más fresco.
Septiembre ha sido desde siempre un mes de nuevos comienzos: dar la bienvenida a otro año escolar con ropa nueva y zapatos relucientes, el entusiasmo por reencontrarse con los amigos para compartir las aventuras de las vacaciones de verano y por supuesto, comparar quién tiene el pelo más largo.
Este puede ser también un periodo agridulce. Por un lado, estamos tristes porque ha terminado el verano, por otro, deseamos empezar nuevas rutinas y dar la bienvenida al cambio, a las oportunidades. Para muchos, septiembre puede ser un periodo de transformación. En mi caso, la mayoría de los cambios importantes han tenido lugar durante este periodo.
Septiembre es un mes excelente para la reflexión. Para revisar nuestros valores y encontrar la forma de incorporarlos al día a día. Si tu salud, tu bienestar o tus relaciones requieren más atención, haz de ellos una prioridad y dedica más tiempo a nutrir esas áreas de tu vida.
Un muy buen ejercicio para revisar tus valores y alinearlos con tus metas es el ejercicio del Domingo Ideal. Lo puedes encontrar aquí. Y también te recomiendo otro ejercicio muy potente para trabajar sobre tus prioridades, que puedes encontrar aquí.
Independientemente de cuáles sean tus prioridades, es importante crear el espacio para incorporarlas a tu vida. Para ello, quizás necesites programar una sesión de ejercicio, dedicar una noche a la semana para salir, encontrar tiempo para cocinar sano o planificar más salidas con amigos.
En la sección de comentarios a continuación, me encantaría que compartieras conmigo si hay algún área de tu vida a la que hayas decidido dedicarle más tiempo.
Un abrazo,
Ana