Muchos nos fijamos objetivos y propósitos o intentamos crear nuevos hábitos en algún momento del año.
Pero somo poco quienes los conseguimos. ¿Por qué?
Es muy fácil volver a caer en los viejos hábitos o empezar con los «sí, pero…». Lo más difícil es mantener la motivación y la conexión. Este es el paso más complicado que observo al trabajar con mis clientes, e incluso es la parte más complicada para mí misma. Los grandes objetivos siempre son más divertidos. El día a día, en cambio, es la parte menos atractiva.
Aquí propongo algunas estrategias para que superes tus bloqueos y adoptes decisiones que te ayudarán a avanzar y te acercarán a la consecución de tus objetivos.
1. Los objetivos que te has propuesto, ¿son realmente tuyos? Uno de los mayores desafíos para mantener la motivación y hacer realidad nuestras metas es asegurarnos de que los objetivos que nos fijamos reflejen realmente lo que queremos. A veces determinamos los objetivos basándonos en lo que creemos que «deberíamos» hacer, o en lo que la gente nos dice que tenemos que hacer. Revisa tus propósitos con regularidad y comprueba si sigues identificándote con ellos.
2. Visualízate consiguiendo el resultado final. Los estudios demuestran que al visualizar una acción se estimulan las mismas regiones del cerebro que cuando uno realmente realiza la acción. Los atletas que practican esta técnica (imaginarse a ellos mismo cruzando la meta o haciendo una rutina perfecta) obtuvieron los mejores resultados en las Olimpiadas. Su rendimiento superó incluso al de otros atletas que tenían mayor entrenamiento físico.
3. Rodéate de gente positiva. Tener en tu vida personas positivas con quienes puedas entablar conversaciones sobre tus objetivos u otros temas que te apasionan es realmente motivador y reconfortante. También es importante abordar las situaciones en las que podría haber terceros que estén saboteando tu éxito. Por ejemplo, si estás intentando cambiar tu estilo de vida y tu amigo siempre te «convence amablemente» de que una copa o una ración de patatas fritas no te hará daño, quizá sea prudente guardar cierta distancia durante un tiempo.
4. Haz una lista de las cosas que quieres dejar de hacer. Nuestras vidas están tan repletas de «debería», a tal grado que a veces es complicado descifrar qué es lo que queremos hacer o qué nos hace falta. Aquí hay algunas cosas que puedes dejar de hacer ya mismo y tendrán un gran efecto en tu vida.
5. Sincérate contigo mismo. Es fácil atribuir nuestra falta de éxito en diferentes ámbitos a las circunstancias externas. Pero la verdad es que, en líneas generales, lo que nos frena está en nuestro interior. El temor, la falta de confianza o incluso el miedo al éxito suelen ser grandes impedimentos para la mayoría de personas. Indaga profundo y contempla tu interior para descubrir qué es lo que en realidad te está frenando. Hay una de Marianne Williamson sobre el miedo a nuestra propia luz.
6. Practica la quietud. Dedica cada día unos minutos para concentrarte en la respiración y calmar la mente. La quietud crea el espacio propicio para la escucha profunda. Te permite atisbar la verdad y escuchar con claridad aquello que comúnmente queda silenciado por el ruido mental y el ajetreo cotidiano.
Si quieres más consejos para mantenerte motivado, aquí te dejo uno de mis vídeos más populares en el que comento algunas estrategias para no perder de vista nuestros objetivos.